EL PÁMENES
General Electric.
Cuba, 1980. Este año nos marcó para toda la vida porque ocurrió uno de los éxodos más grandes en nuestra historia: más de 120.000 cubanos salieron por el puerto del Mariel (los marielitos, como fueron identificados para toda la vida). Esta cifra superó el éxodo de camariocas del año 1965, en el que salieron de la isla más de 30.000 cubanos con el mismo destino: Florida, Estados Unidos.
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En ese mismo año conocí a un personaje que también me marcó para toda la vida pero en influencias musicales: Fernando Pámenes, una leyenda en el barrio, una enciclopedia ambulante del rock. Si Fernando hubiera nacido en otro país, seguramente tendría uno de los mejores programas de radio o de televisión como comentarista musical.
Este tipo era algo solitario, ya que era discriminado por la sociedad por su aspecto hippie y su condición política, que era muy notoria.
Una tarde fuimos a visitarlo mi hermano Ovidio, Mayito –mi mejor amigo– y yo, sin que nuestros padres supieran, ya que nos tenían prohibido acercarnos a él por lo antes mencionado. Sin embargo, la rebeldía del momento y las ansias de conocer a semejante personaje nos llevaron a tocar un día a su puerta y a decirle que lo admirábamos mucho, que para nosotros era la biblia del rock. A partir de ese momento fueron muchos años de tertulias musicales en su apartamento, donde aprendimos a escuchar música, en silencio, como debe ser; no se hablaba ni una palabra desde el momento en que se colocaba el vinilo en el tornamesa.
Un tocadiscos marca General Electric, con preamplificador a válvulas o de tubos, formaba parte de su set sonoro, el primer equipo mono hi-fi que escuchaba en mi vida; de hecho, jamás tuve la oportunidad de escuchar otro con ese sonido, además porque eran escasos. Este era tipo mesita de noche, con paticas amarillas y casquillos dorados. En esa época ya era vintage para nosotros, pero qué sonido tan definido, claro y limpio tenía.




General Electric Co.: Preamplifier A1-200 [Ampl/Mixer]
Lo más curioso es que tenía conectado al amplificador un bafle hecho por él con una maleta de madera que se fabricaba en Cuba por ese entonces, para que los pioneros llevaran sus pertenencias a la Escuela al Campo (pioneros se les llama a los estudiantes de primaria en Cuba, y las escuelas al campo estaban ubicadas en lugares campestres, donde el pionero tenía que ir por un periodo de 45 días a cumplir funciones de campesino, como sembrar, recoger cosechas y hasta cortar caña; una forma muy sutil de hacernos pagar los estudios).
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Fotos bajadas de internet para referencia
Este bafle sonaba increíble. Carecía de bajas frecuencias, pero ese era el sonido setentero, evidente en todas las producciones del momento; su improvisación no afectaba esa sonoridad.
Realmente esa fue la primera vez que vi cómo se trataba un disco y todo su ritual de reproducción, como tenía cada accesorio en su puesto, listo para ser usado con cada disco; contemplar el arte de un álbum, ver fotos y cantar la letra de cada tema que iba sonando formaban parte de horas de tertulias musicales. ¡Algo inolvidable!