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BIOGRAFÍA

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En este blog se cuenta la historia de cómo me fui metiendo en el mundo de la electrónica y el sonido, y de qué manera esto me llevó a estudiar ambas carreras;  desde muy joven he trabajado en teatro, shows, grabaciones en estudios, conciertos, y actualmente mezclo bandas en vivo para varios programas de televisión.

Todo comenzó en el año 1975, después de mudarnos para La Habana del Este, un barrio cerca del mar donde los aires del norte pegan más fuerte. Allí mi padre organizó su colección de long plays y ubicó su radio tocadiscos marca Silvertone.

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En ese momento empecé a interesarme realmente por la música, aunque ya tenía influencia de mis hermanos mayores, que armaron un grupo de rock llamado Vibraciones Sonoras y tocaban canciones de Beatles, Rolling Stones, Cream. Mi hermano Eduardo (Eddy) tocaba guitarra y mi hermano Ezequiel (Kelly) tocaba la batería.

 

Mi padre solía poner discos de Nat King Cole, Lucho Gatica, Beatles y bastante Elvis Presley; esto lo alternaba con emisoras extranjeras, pues al estar muy cerca del mar –costa norte de Cuba– se cogían las emisoras de la Florida; en este radio, cuya recepción era muy buena, se sintonizaban dos bandas de frecuencias: onda corta (SW) y onda media (MW), más conocida como AM. Esta era la única que servía, ya que en esos tiempos la onda corta se utilizaba más para transmitir señales de radioaficionados.Mi hermano Ovidio y yo buscábamos con mucho cuidado en banda AM y lográbamos sintonizar tres emisoras de Miami muy famosas en esos años, la WQAM, KAAY y la WGBS; en esta última la programación nos gustaba más que las otras, pero en todas se transmitían baladas y rock. ver La Radio AM - FM

Después de llevar casi tres años fanatizados con estas emisoras, mi padre compró nuestra primera radiograbadora: una Sanyo M2560 (monofónica) con AM-FM. Y así entró a nuestro hogar, sin saberlo, nuestro primer equipo hi-fi.

Sanyo.png
sanyo.jpg

Mi padre, que era algo “inquieto” e intentaba reparar todo lo que se dañaba, decidió remodelar aquel tocadiscos que ya venía presentando problemas; entonces reformó el mueble, eliminó el tocadisco y usó esa entrada de audio que quedó libre para amplificar la apreciada grabadora Sanyo; lo logró creando un tipo de mini plug 3.5.

PLUG.jpg

Usando un alambre común, creó una malla para emplearla como sleeve (negativo)  y dejó el forro como aislante para que funcionara como tip.

CABLE.png
ESQUEMA PLUG.jpg

Contra todos los pronósticos, el invento funcionó; ahora escuchábamos la FM con sonido hi-fi amplificado por aquel radio tocadiscos que ya no era más tocadiscos sino amplificador de válvulas, con ese sonido analógico particular que tanto extrañamos.

 

Un día mi padre fue a conectar la grabadora Sanyo para amplificar el sonido, pero no calculó bien la distancia a la que debía introducir el artefacto y se pasó, uniendo el tip con sleeve (vivo con el neutro), poniendo en corto la salida de audio de la grabadora.

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Conector hembra donde se produjo el cortocircuito.

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Cojoneee, ¿qué pasó? La grabadora quedó muda, no volvió a sonar; mi padre había acabado con el sueño de la FM hi-fi. Se había ido a la basura un montón de plata que se pagó por algo que todavía olía a nuevo.

Ahora la tarea era buscar un técnico que reparara aquel desastre, en un país donde era más fácil conseguir un marrano para el 31 de diciembre que un fusible. Por suerte, al poco tiempo un amigo de mis hermanos logró hacerla sonar, pero nos advirtió que la reparación sólo era temporal, hasta que se consiguiera la famosa pieza que se había dañado; la grabadora no reproducía ni grababa, cosa que al principio no nos importó, pero con el tiempo nos dimos cuenta de que iba a ser muy necesario.

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El técnico amigo de mi hermano había construido un amplificador con una potencia similar a la original, al cual inyectaba la señal de audio que entregaba la etapa de radio y así pudo hacerla sonar; obviamente, necesitaba el circuito integrado amplificador de cabezas, que también maneja la corriente de grabación y a su vez la salida de audio.

Después de varios años y una búsqueda intensiva, el amigo de mi hermano, técnico oficial de la familia, consiguió el famoso circuito integrado. Acompañé a mi padre a recoger la grabadora y en ese momento vi por primera vez un taller montado en un apartamento, con circuitos, tarjetas y equipos desarmados por doquier. Quedé impresionado con toda esa tecnología y automáticamente me dije: “Tengo que aprender esto, este es mi mundo”.

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La apreciada grabadora Sanyo duró toda nuestra juventud y nos permitió escuchar nuestra música favorita, así como cada sábado en la mañana el American Top 40 con Casey Kasem, quien nos mantuvo informados de los grandes temas que sonaron en las décadas de los 70, 80 y 90.

 

Así comenzó mi interés por la electrónica y mi sensibilidad por el sonido, buscando que aquellas canciones de la WGBS, ahora sonando en FM, pudieran escucharse con mejor calidad y con mucha más potencia.

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